Nada tiene valor, sólo decepciones.

Ya no hay nada, nada vale, solo gritar, pero el qué? No hay sueños, ni ilusiones, ni siquiera objetivos que alcanzar. Para qué? Si todo se va a ir a la mierda tarde o temprano, que vas a disfrutar? JÀ, disfrutarás una media de 10 minutos de cada hora, te compensa? Porque a mí no, estar sonriendo 240 minutos de cada día de 1440 minutos no me merece la pena. Sí, está la típica frase de que alguien se puede enamorar de tu sonrisa pero venga, hay que ser realistas, vivimos en una sociedad en la que nadie se enamora de una sonrisa ni de unos ojos bonitos, hoy en día solo se busca un simple cuerpo; solo eso. Ya nadie busca enamorarse, simplemente quitarse el calentón; los cuernos son como la ropa, cada día tienes unos diferentes; los te quiero son tan fáciles de decir como un simple hola. Las ilusiones y todos esos sueños tan increíbles que tienes es lo que te hace avanzar, sí, avanzar a estamparte contra el suelo, a decepcionarte de la gente, a darte cuenta de que el mundo es una mierda y que tu vida no tiene ningún valor.

Quiero ser tu silencio y tu grito a destiempo.

Por pedir, pido que te pires; que no aparezcas en años; que te tires a todas las chavalas que conozcas; que para ti, yo esté muerta; que no vuelvas con promesas, mentiras o un simple hola; que no tengas ningún tipo de sentimiento hacia mí. ¿ Te ha quedado claro? Porque a mí no, ¿A quien quiero engañar? Tú, eres mi primera opción en TODO. Tú serías mi regalo perfecto de navidad y cumpleaños; si estuvieses a mi lado no te soltaría de la mano; y no, no aparecerías es verdad, pero yo tampoco, estaríamos recorriendo lugares remotos de la tierra juntos durante meses e incluso años; pediría ser para ti el primer pensamiento al despertar, dormir y mientras sueñas; que volvieses pero con besos, sin palabras, de saludo y despedida un beso tuyo es mejor que cualquier promesa; pero sobretodo, que todo esto se cumpliese porque tú me quieres y que yo te quiera a ti es lo único que te importa.

Lo bonito gusta; lo inesperado enamora.

Dicen que las cosas vienen sin previo aviso y que arrasan con todo lo que pilla por delante; como esa oleada de lluvia en plena noche calurosa de verano cuando solo tienes ganas de gritar y ese es tu final; bailar, reír pero sobretodo gritar todos y cada uno de tus deseos bajo la lluvia. Bonita la idea eh, pues así llego él, sin previo aviso y en el peor momento, haciendo que todo lo malo poco a poco se olvidase. Él era... A ver cómo te lo explico, el típico chico de un grupo del que conoces a varios y a esos no los quieres; quieres a alguien nuevo y por mucho que te fijes no ves nada en ninguno pero de repente algo te llama la atención. El qué? Ni tú lo sabes, pero dices, yo quiero a ese. Pasa la noche y al mismo tiempo pasas de él, no te molestas en presentarte tan solo en disfrutar de la noche con tus amigas y observar el panorama. Ya lo has dado todo, te has rayado por un imbécil, le has fallado a ese que hasta esos días era tu amigo, se ha jodido la noche y ya estas de mala ostia; quedan los justos, los demás están haciendo los gilipollas intentando averiguar qué ha pasado. De repente le tienes enfrente, le hablas ¿en qué plan? Ni tú lo sabes, supones que callada te vas a alterar más, dices tonterías, os reís y se van todos, ya es de día, pero tú no quieres, estás perfectamente con un ''amigo''. El frió y el sueño son escusas tontas para que cada vez estéis más cerca; suena el teléfono y todo acaba. Pasan las semanas y de vez en cuando te acuerdas de él, de cómo te hizo olvidar todo y sentirte tan cómoda con un EXTRAÑO, porque al fin y al cabo él era eso, un extraño. Sin ton ni son empezáis a hablar, te gusta para que negarlo; ha vuelto a aparecer de repente, sin avisar, alegrándote cada momento; solo quieres verle, pero sabes el problema? Que ahora cuando no aparece, te falta algo.