Tomar una decisión, bueno, más bien volverla a tomar, y así cincuenta mil veces hasta que un día por fin sea verdad y se cumplan las palabras.
Por qué somos tan necios con todo? Hacemos que quien nos importa se vaya de nuestro lado y cuando se va intentamos que vuelva pero siempre sin tirarnos a la piscina sino que tocamos el agua para comprobar que no está fría y nos damos media vuelta, queremos apartar a alguien de nuestra vida pero a la hora de la verdad nos faltan cojones para hacerlo, o cojines como dice mi corrector siempre xd
Extrañamos lo que no tenemos e ignoramos a quien está ahí día tras día, nos quedamos con la duda antes que dejarnos llevar. No cuidamos lo que vale la pena y mucho menos a quien la vale, a quien te da unos buenos días que hasta al ser más frío de este planeta le pondría una sonrisa de tonto, a quien hace de tus pen
as alegrías y a quien te acaricia como el aire al chocar con tu mejilla en una cálida mañana de invierno.
Somos injustos por naturaleza, incoherentes e incluso encima orgullosos, es decir, una puta coctelera que cuando la sirves te quema por dentro.