Chaque sourire est spécial.

viernes, 26 de junio de 2015

Una noche más

Déjame pasar otra noche contigo,
quedémonos en este lugar
llamado paraíso gracias a ti.

Déjame,
déjame enredarme en tu pelo un segundo más.
Pasar del sofá a la cama
y de la cama al sofá
hasta que el tiempo se pare.

Bésame,
bésame por los rincones más profundos de mi cuerpo
y estrújame,
estrújame la mano cuando me sientas gritar.

Muérdeme,
la cara o la espalda,
porque voy a temblar
como si fuera la primera vez,
la primera vez que te siento en mí.

Déjame envolverme en tu cuerpo
hasta que el cosquilleo que me provocas con las yemas de tus dedos
esté en la cumbre de este precipicio.
Porque así es como me siento contigo,
en un precipicio por el que tengo miedo de derrapar y caer,
caer para no poder resurgir,
que de Ave Fénix tengo poco y llegar a ese extremo aterra.

Y aquí sigo, 
deslizándome por tus caderas 
hasta dejar de respirar.

miércoles, 17 de junio de 2015

Un cachito de realidad

Siento decepcionarte, siento no ser lo que realmente pensabas. Llegó un punto en el que exploté, como la bomba de Hiroshima.

Me cabreo con facilidad y mi carácter es inaguantable, ni siquiera me aguanto yo, imagínate. Cuando llego a mi límite, desaparezco, pero no me guardes rencor. Simplemente, aprendí que cuidarme yo está por encima de todo y de todos.

Quiero pedirte que no me juzgues, que aunque a veces sea un torbellino de ideas malas, permanecer es descubrir mil y un momentos buenos. Tal vez sea confianza lo que necesito, no en mí, esa ya la gané hace tiempo. Confianza en la gente que me rodea, amigos que de la nada se borran del mapa, amigos que todo está por delante de ti, de mí; amigos que teniéndoles a ellos quién quiere tener enemigos.

Hace tiempo que perdí la confianza en mucha gente, pero hace más tiempo aún desde que alguien consiguió que volviera a creer en él.

sábado, 13 de junio de 2015

Karma

Lo tenía todo,
y no tenía nada.
Tal vez tuve,
pero nada comparado a lo que me merecía,
pero nada comparado a lo que te merecías.

A veces hasta te echo de menos,
pero no es una nostalgia bonita,
como cuando se pasa el año en un abrir y cerrar de ojos,
no.
Es una nostalgia que duele,
porque el propio recuerdo es el que la mata.

Gritar todo sería pecado,
delito en el mundo en que vivimos,
en el mundo en el que me has metido.
Pero callar,
callar da mucho frío en este sótano,
y los vecinos ya no prestan mantas por ti.

Que ya se ha perdido tanta tontería,
que ya me he ganado mi vuelta a casa.
Dile al karma que me abra la puerta,
que quiero echarte de mi cama.