Noches de recuerdos,
noches de entierros,
de desenfreno
y de saber frenar también.
De sonrisas bajo la sábana
o de susurros al viento.
Noches de besarnos
hasta disecarnos los labios.
Besos dulces,
besos amargos,
besos contigo,
besos con él.
Besos sin mí
y besos con mil.
Porque la vida se resume en eso,
en noches,
en besos.
En su sonrisa pícara
y mi cara de imbécil.
Porque conmigo todo va bien,
y contigo los días son menos días.
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